INCIO – ESTÉTICA FACIAL – PEELING
PEELING
El peeling, también llamado exfoliación química o dermoabrasión, dependiendo del tipo de técnica que se use, consiste en la aplicación de procedimientos químicos o físicos con el objetivo de mejorar la apariencia y textura de la piel, mediante la destrucción de tejidos, para permitir la creación de nuevas capas de la dermis y la epidermis. La base de esta técnica reside en provocar la muerte del tejido dañado para que luego la piel se regenere a partir de las capas más profundas de la dermis y de folículos pilosos no dañados.
El peeling sirve para tratar diversas lesiones cutáneas que se producen por diferentes causas, como cicatrices moderadas derivadas del acné, manchas, arrugas, queratosis solares y lentigos faciales.
Tipos de peeling
Los tipos de peeling se pueden clasificar atendiendo a dos factores principales: la técnica utilizada (peeling químico o mecánico) y el grado de profundidad en el que actúe (superficial, medio y profundo).
Atendiendo a los procedimientos que se empleen para renovar los tejidos de la piel, se puede distinguir entre:
- Peeling mecánico: También llamado dermoabrasión o exfoliación mecánica. Esta técnica consiste en la utilización de un dispositivo mecánico que posee dos cabezales de acero que giran a altas revoluciones sobre la piel. El movimiento de los cabezales permite obtener una exfoliación muy suave y superficial con el que se logra una regeneración celular y se incrementa la producción de colágeno. Con esta técnica se puede conseguir un incremento en la elasticidad y tono de la piel.
- Peeling químico: La quimioexfoliación o peeling químico consiste en la aplicación controlada de sustancias químicas corrosivas para la piel con el fin de producir la eliminación de la epidermis y de partes variables de la dermis que, posteriormente, serán reemplazadas por otras nuevas.
Los principales productos utilizados para llevar a cabo esta técnica son: ácido glicólico (indicado en manchas, señales de envejecimiento y acné no inflamatorio), ácido salicílico (lesiones producidas por el acné), ácido mandelico (manchas y acné en pieles sensibles), ácido retinoico (estimula la producción de colágeno y reduce la dilatación de los poros), ácido tricloroacético (indicado para tratar cicatrices profundas y pieles muy fotoenvejecidas, ya que produce coagulación proteica e incide en la síntesis de nuevo colágeno), ácido kójico e hidroquinona.
Se puede realizar también una clasificación de los tipos de peeling atendiendo a la profundidad de las zonas donde actúe. Siguiendo este criterio, se pueden diferenciar tres tipos:
Peeling superficial: Actúa sobre la capa más superficial de la epidermis, la capa córnea, y puede ser utilizado en todo tipo de piel. Se emplea para eliminar arrugas poco profundas, líneas de expresión y para reducir el impacto producido por las lesiones del acné. Con un peeling superficial, la piel queda enrojecida durante unas horas y se puede volver a repetir la sesión a los 15 días.
Peeling medio: Indicado para eliminar algunas arrugas (sobre todo de expresión), manchas producidas por el sol y marcas del acné. El tratamiento provoca enrojecimientos y descamaciones, y puede repetirse cada cinco o seis semanas.
Peeling profundo: Se emplea en el tratamiento de todo tipo de arrugas, manchas de la edad, cicatrices y lentigo solar. Esta técnica suele producir descamaciones intensas y enrojecimiento que puede llegar a durar entre cuatro y cinco días. Entre la sesiones deben pasar, al menos, unas ocho semanas.
Algunas de estas técnicas, en especial el peeling superficial, pueden ser realizadas en casa con productos que se pueden adquirir fácilmente; sin embargo, siempre será necesario contactar con un dermatólogo, sobre todo para obtener un diagnóstico preciso del tipo de manchas que se quieran tratar (producidas por el sol, arrugas, líneas de expresión, cloasmas, etcétera) y establecer el tratamiento adecuado para cada uno de los casos.